Una de las cosas que más miedo me ha dado durante este tiempo de rehabilitación es coger la cámara de fotos. Una de mis grandes pasiones, antes incluso que el dibujo. Los que me conocéis lo sabéis.
Son demasiados los impedimentos, el peso de la cámara, la complicación de encenderla, de llevármela hasta la cabeza para mirar por el visor, disparar... no hablemos de mirar y enfocar a la vez, de cambiar velocidades...
Durante estos 6 meses no ha habido un día que no haya pensado en ello, o que no haya visto "una foto" en algún rincón del hospital.
Descubrir que no iba a ser capaz de hacer fotos era algo para lo que no estaba preparada.
Hace tres días decidí que no podía aguantar más, necesitaba saberlo, y buscar la forma de hacerlo.
El primer contacto fue un poco frustrante, por no decir otra cosa, incapaz de hacer nada terminé discutiendo con mi madre, que lo único que pretendía era ayudar...(infinita paciencia la que tienes a veces conmigo, mil gracias mami) Cuando las dos nos calmamos fuimos capaces de encontrar varios "inventitos" con los que con muchísima paciencia he sido capaz de disparar mis primeras fotos, y soy infinitamente feliz, porque aunque ahora me cueste, sé que con práctica seré capaz de mejorar el método, pero al menos he vuelto a coger la cámara.